¿Qué pasa con las asociaciones subjetivas, recuerdos o la forma en que experimentamos un lugar? Aquí, los satélites y los diagramas precisos, son inútiles.
Las obras presentadas intentan despertar una reflexión acerca de nuestro imaginario territorial y nuestra capacidad para representarnos a nosotros mismos en el espacio. Así aparece el mapa como elemento creador de espacios y productor de realidades particulares. El mapa como una forma de visualizar lugares utópicos, lugares físicamente inexistentes.
Estos mapas no pretenden guiarnos a ninguna parte; no son, en ese sentido, itinerarios, recorridos; son más bien mapas para perderse del espacio físico, y encontrarse en un espacio mental y subjetivo.