Para esta serie decidí trabajar con mi archivo de fotografías de casas abandonadas, tomadas en el pueblo donde viví hasta los 17 años. Durante varios años, cada vez que visitaba a mis padres, aprovechaba para capturar estas imágenes, ya que siempre me llamaba la atención la cantidad de casas abandonadas que hay en ese lugar. Me intrigaba observar cómo las casas perdían su funcionalidad como hogares para transformarse en otras cosas o simplemente en escombros. Esta inquietud está directamente relacionada con mi investigación sobre la noción de hogar como un espacio constituido desde lo subjetivo.

A lo largo de los años, logré reunir más de 2000 fotografías y documentar con mi cámara el deterioro progresivo que algunas de estas casas fueron sufriendo con el tiempo. 

Por otro lado, también he querido volver a trabajar con escombros, un material que he utilizado en otras ocasiones y que me resulta profundamente significativo por su conexión con la poética de mi obra. Me interesa reflexionar sobre ellos como vestigios: al igual que los ladrillos, alguna vez fueron elementos útiles y constitutivos de un hogar, pero ahora se han convertido en algo aparentemente inútil. Decidí intervenir los escombros utilizando la técnica de sublimación, incorporando sobre ellos imágenes de mi archivo. La intención es conformar una instalación en el piso que dialogue con estas ideas. Además, imprimí algunas de las fotografías sobre telas translúcidas con el propósito de crear capas de sentido, evocando el funcionamiento de la memoria. Entre estas imágenes destaca una ventana de una casa abandonada, impresa a tamaño real sobre una tela translúcida. Paradójicamente, esta ventana permite ver un muro, reforzando la idea de barreras invisibles y contradicciones del espacio.